
Estoy de acuerdo con Christopher Flavin, Presidente del Worldwatch Institute, en que el aumento del consumo ayudó a satisfacer necesidades básicas y a crear empleo, pero ese apetito se ha vuelto desmesurado, y perjudica los sistemas naturales de los que dependemos, haciendo aún más difícil a los pobres del mundo satisfacer sus necesidades básicas. En palabras del mismo directivo, “El alto porcentaje de obesidad y de endeudamiento personal, la falta crónica de tiempo y el ambiente degradado son señales de que el consumo excesivo disminuye la calidad de vida de muchas personas. El desafío ahora es movilizar a gobiernos, empresas y ciudadanos para que dejen de concentrarse en la acumulación desenfrenada de bienes y se aboquen a buscar formas de asegurar una vida mejor para todos”.
Según el último reporte de octubre de la organización Planeta Vivo, la humanidad utiliza ahora el equivalente a un planeta y medio para satisfacer sus deseos, especialmente debido al consumismo de los países más ricos. Lo anterior nos indica que si nada cambia en nuestros modos de consumo la humanidad necesitará de dos planetas para cubrir sus deseos en el 2030. Si cada habitante de la tierra viviera como un ciudadano medio de Estados Unidos o de los Emiratos Árabes se necesitaría una biocapacidad equivalente a más de 4,5 planetas para responder al consumo y absorver las emisiones de CO2. Pero si, por el contrario todo el mundo viviera como un ciudadano medio de la India la humanidad no alcanzaría a utilizar la mitad de la biocapacidad actual del planeta.
Los Emiratos Árabes Unidos, Qatar, Dinamarca, Bélgica, Estados Unidos, Estonia, Canadá, Australia, Kuwait e Irlanda son los paises que causan el mayor impacto ecológico en la tierra, lo que traduce que el sobreconsumo de los llamados paises del norte se hace a crédito sobre los recursos de los paises del sur y por eso el declive de la biodiversidad en estos es mucho mayor al de aquellos. En efecto, se ha calculado que la disminución global de la biodiversidad entre 1970 y 2009 es de un 30%, mientras que, en tratándose de paises tropicales, es del 60%.
Todo lo anterior quiere decir que si no se modifica el hiper-consumismo de las economías del norte, creando una cultura del consumo más prudente, sustentable y responsable, no habrá solución posible para el cambio climático, el agotamiento de los recursos vitales como el agua y el aumento descontrolado de la pobreza. De cuándo y cómo se haga ese cambio está dependiendo toda la humanidad.