lunes, 27 de octubre de 2008

LA CRISIS FINACIERA DEL SIGLO

Las crisis financieras y la recesión hacen parte del ADN del capitalismo, son de su esencia, están inscritas como un código genético en lo más profundo de su ser. Son recurrentes, aparecen regularmente al cabo de unos ciclos pero sus causas, sus dimensiones y sus impactos son diferentes debido a la gran cantidad de factores influyentes en tiempos diferentes.
Hoy estamos en una época en donde la crisis se profundiza y adquiere aceleradamente dimensiones de recesión. Los mercados permanecen supremamente inestables, el temor se apodera de una gran parte de la clase dirigente y todos se preguntan “¿vamos rumbo a una recesión como la de los años 30?”. A esa pregunta, la respuesta que comparto con muchos economistas optimistas en el mundo es: “No lo creo”.
Sin embargo hay quienes sostienen que “estamos enfrentando un fenómeno de unas proporciones inmensamente mayores que las de los años 20-30 y las reacciones que estamos viendo son propias de un atajo de dirigentes irresponsables, incoherentes e irracionales, y son medidas exclusivamente diseñadas para cubrir las pérdidas de los grandes jugadores de la economía casino y de un alcance y unos costes absolutamente suicidas”. Quienes adoptan la posición escéptica o pesimista responden a los que han tratado de calmar al mundo con un “todo está controlado”, diciendo que ellos ocultan la enorme deuda impagada de Lehman Brothers, el billón en tarjetas de crédito fallidas en los activos de JP Morgan y Bank of America, la caída en picado de de General Motors y en general toda la industria automovilística, la cuasi bancarrota de las finanzas locales norteamericanas, la ruinosa situación del Silicon Valley y las dificultades financieras de la gigantesca General Electric…” Los que tienen esta posición pesimista presagian una catástrofe que paralizará la actividad y la producción del mundo entero. A ellos debemos recordarle lo que dijo Hitler: “Cuando las mercancías no pueden traspasar las fronteras lo harán las tropas”.
No quiero menospreciar todos esos importantes argumentos pero me mantendré en el lado prudentemente optimista.
Creo que hay algunas similitudes entre la crisis actual y la de los 30 en EEUU como el gran endeudamiento de la gente (en aquella época para comprar acciones, en esta para adquirir vivienda, creando ambos el efecto de burbuja económica) en los años anteriores al colapso y la caída en picada de los índices bursátiles; pero hay también enormes diferencias entre el entorno económico, los ingresos del estado, el volumen de los impuestos, el tamaño del estado y, la que considero más importante, las políticas económicas, de ese tiempo y los actuales. Mientras en aquella época el estado y sus gobernantes desestimaron la dimensión de los problemas y maniobraron con una lentitud desconcertante, además de que reaccionaron pesimamente con las medidas tomadas en el sector agropecuario, en la actualidad hay unanimidad en todos los gobiernos y en todos los organismos regentes de los Bancos Centrales en lo que respecta a su voluntad de impedir la quiebra del sector financiero y por tanto garantizar los depósitos y ahorros del público, junto a una reacción rápida en la toma de decisiones como lo fue por ejemplo la gran inyección de 700.000 millones de dólares en EEUU para sortear la crisis. Sólo estas dos últimas consideraciones tienen la fortaleza necesaria para evitar una depresión como la de los años 30, aunque tengamos ahora factores nuevos con respecto al pasado como son la penetración de la actividad financiera en la vida cotidiana de la gente y la profunda globalización de la economía que ayuda a contagiar muchísimo más velozmente cualquier enfermedad financiera o productiva, todo sumado a los tremendos temores de muchos de los actores del mercado que a veces desfallecen pensando que ni siquiera la intervención estatal puede evitar una severa recesión mundial.
Creo que la recesión mundial será una realidad, que nos vamos a demorar un poco más de lo calculado en salir de esta crisis y que nos va a costar algo así como el triple de lo hasta ahora estimado (algunas especialistas en Norteamérica han valorado esta inversión en unos ¡2 billones de dólares!). Pero lo que me niego a creer es que la de hoy traiga iguales consecuencias a la de los años 30.
¿Medidas a adoptar para salir de la crisis? Las soluciones hoy en un mercado y en un mundo mucho más complejos deben ser muchísimo más creativas para atacar lo coyuntural, lo de fondo y, yo le agrego una, para transformar lo que en realidad importa. Los gurus de la economía y los diferentes países del mundo han proclamado varias que vamos a resumir pero lo que sí es cierto es que definitivamente por las diferencias radicales con la crisis de los años 30, la actual no puede remediarse con las mismas medicinas de aquel entonces. Recordemos cuáles fueron las medidas tomadas por Roosevelt en su política económica conocida como el “New Deal”, basada en los postulados Keynesianos de la intervención estatal para la reactivación de la demanda: 1- Financieras: se ayuda a los bancos mediante una participación en su capital y se procede a una devaluación del dólar, con el objetivo de crear inflación que a su vez estimule la economía. 2- Agrícolas: se estimuló el descenso de la producción pagando a los agricultores una indemnización por dejar de producir. El objetivo era que los precios aumentaran. 3- Industriales: se promovió el aumento de salarios y se disminuyen las horas de trabajo. 4- Sociales: se llevan a cabo grandes inversiones en obras públicas y se toman medidas de protección social que aseguran el poder adquisitivo de la población, el objetivo es que aumente el consumo.
EL G7 ha anunciado medidas tales como la recapitalización de los bancos con fondos públicos y privados, garantías robustas y consistentes para los depósitos, reactivación de los mercados secundarios de hipotecas y otros activos titularizados. No se ha mencionado, sin embargo, una de las opciones sobre la mesa respaldada por el Gobierno británico: la de garantizar toda la deuda interbancaria a nivel mundial (Aquí debemos resaltar y destacar las medidas adoptadas veloz y muy acertadamente por el Gobierno de Gordon Brown consistentes básicamente en efectuar grandes inyecciones de capital social en los bancos británicos, respaldadas por garantías de deuda bancaria que deberían poner de nuevo en marcha el préstamo interbancario, una parte crucial del mecanismo financiero).
Medidas más de fondo pueden ser varias pero las más importantes son sin duda las que conduzcan a la recuperación completa de la confianza. La recuperación de la confianza, tal y como pasa en las relaciones personales, toma su tiempo pero es posible. Aquí debemos destacar que las determinaciones de los principales bancos centrales del mundo de reducir los tipos de interés y garantizar la liquidez suficiente del sistema financiero internacional, han significado la aparición de los primeros resultados positivos y han de ser camino obligado para la desaparición de la incertidumbre. Por otro lado, tal como lo afirmó recientemente el Diario El País de España, “El tratamiento de choque contra la crisis financiera internacional que han aprobado las instituciones europeas parece mucho más acertado. En efecto, la acción concertada de los bancos centrales europeos mediante la reducción de los tipos de interés, la creación de liquidez, la compra de activos financieros e, incluso, la recapitalización de los bancos privados que la soliciten, y en las cuantías acordadas -mucho más elevadas que en el caso americano-, se han recibido con un considerable restablecimiento de las cotizaciones bursátiles y una paulatina reducción del Euríbor”. Sin duda, otro de los objetivos directos, dada la causa norteamericana que desató esta crisis debe ser lograr que las viviendas sean más unas soluciones de habitabilidad que activos negociables en el mercado secundario con los cuales los multimillonarios puedan obtener ganancias especulativas. Lo anterior quiere decir que se deben garantizar fuentes de financiación estables y transparentes para la política de vivienda que no estén vinculadas a los mercados financieros secundarios.
En Pekín, hace unos días, líderes de 43 países europeos y asiáticos abogaron por una reforma “completa” del sistema financiero global, y llamaron al Fondo Monetario Internacional (FMI) a ayudar a los países más afectados por la crisis. La respuesta del FMI ha sido poner a disposición de las economías emergentes alcanzadas por la crisis la suma de 200.000 millones de dólares, cifra que resulta irrisoria frente a sus dimensiones mundiales. “Los líderes de esos 43 países, afirma el periódico La Jornada de México, abogaron por emprender una reforma eficaz y completa de los sistemas internacionales financiero y monetario”, indicó un comunicado de China del sitio web del Asia Europe Meeting (ASEM), al finalizar el primero de los dos días de la cumbre, centrada en la crisis mundial. Esta reforma total debe considerar, creo yo, entre otras muchas cosas, un sistema de regulación y control más exhaustivo para evitar la emisión y/o la negociación en el mercado secundario de esos papeles o activos “tóxicos” o “contaminantes” como los activos hipotecarios que, desde Estados Unidos, desencadenaron esta enorme crisis financiera.Bueno, y aquí podríamos escribir miles y miles de párrafos sobre este asunto, pero podemos concluir que las soluciones dadas por los gobiernos y los bancos centrales podrán sin duda sacar al mundo de la crisis actual, pero será necesario actuar más decididamente en políticas y planes para lograr una distribución más equitativa del ingreso en el mundo, la transformación profunda de nuestros hábitos planetarios de consumo y de nuestra actitud frente al medio ambiente, junto con algo que he dicho siempre y continuaré diciendo hasta nunca desfallecer: lograr la transformación del espíritu mismo del ser humano.

jueves, 9 de octubre de 2008

CON EL ESTATUTO DE ROMA LOS GRUPOS ARMADOS DEBEN HABLAR AHORA O CALLAR PARA SIEMPRE

Colombia es uno de los 78 países que han ratificado el Estatuto de Roma, el cual dio origen a la Corte Penal Internacional. Ese acto de ratificación se hizo mediante la Ley No. 742 del 2002 y se depositó el instrumento de ratificación el 5 de agosto del 2002. En esa ocasión, el gobierno Colombiano en cabeza del presidente ANDRÉS PASTRANA ARANGO, presentó una declaración ante la Secretaría General de las Naciones Unidas, en la que invoca la salvedad consagrada en el artículo 124 del Estatuto de Roma, que excluye de la competencia de ese Tribunal el conocimiento de los llamados crímenes de guerra, por un lapso de 7 años, los cuales vencen el próximo noviembre de 2009. La razón que se tuvo entonces para esa rara salvedad (pues Colombia ha sido el único país en hacer algo así) fue la de facilitar cualquier proceso de negociación del conflicto armado que pudiera presentarse durante los siguientes gobiernos. No me atrevo a hacer un juicio sobre esa iniciativa, pero lo cierto es que justificada o no esa salvedad, ahora estamos a escasos año y 2 meses de la entrada en vigor de la totalidad del Estatuto de Roma. Tremendas implicaciones tendrá este asunto para los procesos de paz que pudieran proponerse en el futuro, pues después de la fecha mencionada nuestra jurisdicción nacional se verá seriamente limitada en su competencia para juzgar los crímenes descritos en ese tratado, los cuales, léase bien, ¡nunca prescribirán! (Art 29). ¿Cuáles son esos crímenes? La “Parte II del Tratado los describe extensamente. “La competencia de la Corte se limitará a los crímenes más graves de trascendencia para la comunidad internacional en su conjunto. La Corte tendrá competencia, de conformidad con el presente Estatuto, respecto de los siguientes crímenes: a) El crimen de genocidio; b) Los crímenes de lesa humanidad; c) Los crímenes de guerra; d) El crimen de agresión”.
Luego, en los artículos 6, 7 y 8, el Tratado describe muy bien cada uno de esos tipos de conducta criminal, que la Corte Penal Internacional juzgará por petición de un estado parte del tratado, por remisión (especie de denuncia) del Consejo de Seguridad de la ONU al Fiscal Internacional y por decisión del Fiscal Internacional. Las penas que la Corte Podrá imponer tendrán un máximo de 30 años pero podrá imponer la cadena perpetua si lo justifica la extrema gravedad del crimen y las circunstancias personales del condenado.
Por la importancia de esos detalles atinentes a las conductas punibles, no podemos dejar de transcribirlos, llamando la atención sobre algunos de ellos, en razón a la relación que tenga con nuestra realidad:
“Genocidio… se entenderá por "genocidio" cualquiera de los actos mencionados a continuación, perpetrados con la intención de destruir total o parcialmente a un grupo nacional, étnico, racial o religioso como tal: a) Matanza de miembros del grupo; b) Lesión grave a la integridad física o mental de los miembros del grupo; c) Sometimiento intencional del grupo a condiciones de existencia que hayan de acarrear su destrucción física, total o parcial; d) Medidas destinadas a impedir nacimientos en el seno del grupo; e) Traslado por la fuerza de niños del grupo a otro grupo.
Crímenes de lesa humanidad: se entenderá por "crimen de lesa humanidad" cualquiera de los actos siguientes cuando se cometa como parte de un ataque generalizado o sistemático contra una población civil y con conocimiento de dicho ataque: a) Asesinato; b) Exterminio; c) Esclavitud; d) Deportación o traslado forzoso de población; e) Encarcelación u otra privación grave de la libertad física en violación de normas fundamentales de derecho internacional; f) Tortura; g) Violación, esclavitud sexual, prostitución forzada, embarazo forzado, esterilización forzada u otros abusos sexuales de gravedad comparable; h) Persecución de un grupo o colectividad con identidad propia fundada en motivos políticos, raciales, nacionales, étnicos, culturales, religiosos, de género definido en el párrafo 3, u otros motivos universalmente reconocidos como inaceptables con arreglo al derecho internacional, en conexión con cualquier acto mencionado en el presente párrafo o con cualquier crimen de la competencia de la Corte; i) Desaparición forzada de personas; j) El crimen de apartheid; k) Otros actos inhumanos de carácter similar que causen intencionalmente grandes sufrimientos o atenten gravemente contra la integridad física o la salud mental o física. A los efectos del párrafo 1: a) Por "ataque contra una población civil" se entenderá una línea de conducta que implique la comisión múltiple de actos mencionados en el párrafo 1 contra una población civil, de conformidad con la política de un Estado o de una organización de cometer esos actos o para promover esa política; b) El "exterminio" comprenderá la imposición intencional de condiciones de vida, la privación del acceso a alimentos o medicinas entre otras, encaminadas a causar la destrucción de parte de una población; c) Por "esclavitud" se entenderá el ejercicio de los atributos del derecho de propiedad sobre una persona, o de algunos de ellos, incluido el ejercicio de esos atributos en el tráfico de personas, en particular mujeres y niños; d) Por "deportación o traslado forzoso de población" se entenderá el desplazamiento de las personas afectadas, por expulsión u otros actos coactivos, de la zona en que estén legítimamente presentes, sin motivos autorizados por el derecho internacional; e) Por "tortura" se entenderá causar intencionalmente dolor o sufrimientos graves, ya sean físicos o mentales, a una persona que el acusado tenga bajo su custodia o control; sin embargo, no se entenderá por tortura el dolor o los sufrimientos que se deriven únicamente de sanciones lícitas o que sean consecuencia normal o fortuita de ellas; f) Por "embarazo forzado" se entenderá el confinamiento ilícito de una mujer a la que se ha dejado embarazada por la fuerza, con la intención de modificar la composición étnica de una población o de cometer otras violaciones graves del derecho internacional. En modo alguno se entenderá que esta definición afecta a las normas de derecho interno relativas al embarazo; g) Por "persecución" se entenderá la privación intencional y grave de derechos fundamentales en contravención del derecho internacional en razón de la identidad del grupo o de la colectividad; h) Por "el crimen de apartheid" se entenderán los actos inhumanos de carácter similar a los mencionados en el párrafo 1 cometidos en el contexto de un régimen institucionalizado de opresión y dominación sistemáticas de un grupo racial sobre uno o más grupos raciales y con la intención de mantener ese régimen; i) Por "desaparición forzada de personas" se entenderá la aprehensión, la detención o el secuestro de personas por un Estado o una organización política, o con su autorización, apoyo o aquiescencia, seguido de la negativa a informar sobre la privación de libertad o dar información sobre la suerte o el paradero de esas personas, con la intención de dejarlas fuera del amparo de la ley por un período prolongado…”
“Crímenes de guerra (Este acápite es el que está suspendido hasta noviembre de 2009): 1. La Corte tendrá competencia respecto de los crímenes de guerra en particular cuando se cometan como parte de un plan o política o como parte de la comisión en gran escala de tales crímenes. 2. A los efectos del presente Estatuto, se entiende por "crímenes de guerra": a) Infracciones graves de los Convenios de Ginebra de 12 de agosto de 1949, a saber, cualquiera de los siguientes actos contra personas o bienes protegidos por las disposiciones del Convenio de Ginebra pertinente: i) Matar intencionalmente; ii) Someter a tortura o a otros tratos inhumanos, incluidos los experimentos biológicos; iii) Infligir deliberadamente grandes sufrimientos o atentar gravemente contra la integridad física o la salud; iv) Destruir bienes y apropiarse de ellos de manera no justificada por necesidades militares, a gran escala, ilícita y arbitrariamente; v) Obligar a un prisionero de guerra o a otra persona protegida a prestar servicio en las fuerzas de una Potencia enemiga; vi) Privar deliberadamente a un prisionero de guerra o a otra persona de sus derechos a un juicio justo e imparcial; vii) Someter a deportación, traslado o confinamiento ilegales; viii) Tomar rehenes; b) Otras violaciones graves de las leyes y usos aplicables en los conflictos armados internacionales dentro del marco del derecho internacional, a saber, cualquiera de los actos siguientes: i) Dirigir intencionalmente ataques contra la población civil en cuanto tal o contra civiles que no participen directamente en las hostilidades; ii) Dirigir intencionalmente ataques contra objetos civiles, es decir, objetos que no son objetivos militares; iii) Dirigir intencionalmente ataques contra personal, instalaciones, material, unidades o vehículos participantes en una misión de mantenimiento de la paz o de asistencia humanitaria de conformidad con la Carta de las Naciones Unidas, siempre que tengan derecho a la protección otorgada a civiles u objetos civiles con arreglo al derecho internacional de los conflictos armados; iv) Lanzar un ataque intencionalmente, a sabiendas de que causará pérdidas de vidas, lesiones a civiles o daños a objetos de carácter civil o daños extensos, duraderos y graves al medio natural que sean claramente excesivos en relación con la ventaja militar general concreta y directa que se prevea; v) Atacar o bombardear, por cualquier medio, ciudades, aldeas, pueblos o edificios que no estén defendidos y que no sean objetivos militares; vi) Causar la muerte o lesiones a un enemigo que haya depuesto las armas o que, al no tener medios para defenderse, se haya rendido a discreción; vii) Utilizar de modo indebido la bandera blanca, la bandera nacional o las insignias militares o el uniforme del enemigo o de las Naciones Unidas, así como los emblemas distintivos de los Convenios de Ginebra, y causar así la muerte o lesiones graves; viii) El traslado, directa o indirectamente, por la Potencia ocupante de parte de su población civil al territorio que ocupa o la deportación o el traslado de la totalidad o parte de la población del territorio ocupado, dentro o fuera de ese territorio; ix) Los ataques dirigidos intencionalmente contra edificios dedicados al culto religioso, las artes, las ciencias o la beneficencia, los monumentos, los hospitales y los lugares en que se agrupa a enfermos y heridos, siempre que no sean objetivos militares; x) Someter a personas que estén en poder del perpetrador a mutilaciones físicas o a experimentos médicos o científicos de cualquier tipo que no estén justificados en razón de un tratamiento médico, dental u hospitalario, ni se lleven a cabo en su interés, y que causen la muerte o pongan gravemente en peligro su salud; xi) Matar o herir a traición a personas pertenecientes a la nación o al ejército enemigo; xii) Declarar que no se dará cuartel; xiii) Destruir o confiscar bienes del enemigo, a menos que las necesidades de la guerra lo hagan imperativo; xiv) Declarar abolidos, suspendidos o inadmisibles ante un tribunal los derechos y acciones de los nacionales de la parte enemiga; xv) Obligar a los nacionales de la parte enemiga a participar en operaciones bélicas dirigidas contra su propio país, aunque hubieran estado a su servicio antes del inicio de la guerra; xvi) Saquear una ciudad o una plaza, incluso cuando es tomada por asalto; xvii) Veneno o armas envenenadas; xviii) Gases asfixiantes, tóxicos o similares o cualquier líquido, material o dispositivo análogo; xix) Balas que se abran o aplasten fácilmente en el cuerpo humano, como balas de camisa dura que no recubra totalmente la parte interior o que tenga incisiones; xx) Emplear armas, proyectiles, materiales y métodos de guerra que, por su propia naturaleza, causen daños superfluos o sufrimientos innecesarios o surtan efectos indiscriminados en violación del derecho humanitario internacional de los conflictos armados, a condición de que esas armas o esos proyectiles, materiales o métodos de guerra, sean objeto de una prohibición completa y estén incluidos en un anexo del presente Estatuto en virtud de una enmienda aprobada de conformidad con las disposiciones que, sobre el particular, figuran en los artículos 121 y 123; xxi) Cometer ultrajes contra la dignidad de la persona, en particular tratos humillantes y degradantes; xxii) Cometer actos de violación, esclavitud sexual, prostitución forzada, embarazo forzado, definido en el apartado f) del párrafo 2 del artículo 7, esterilización forzada y cualquier otra forma de violencia sexual que constituya una violación grave de los Convenios de Ginebra; xxiii) Aprovechar la presencia de civiles u otras personas protegidas para que queden inmunes de operaciones militares determinados puntos, zonas o fuerzas militares; xxiv) Dirigir intencionalmente ataques contra edificios, material, unidades y vehículos sanitarios, y contra personal habilitado para utilizar los emblemas distintivos de los Convenios de Ginebra de conformidad con el derecho internacional; xxv) Provocar intencionalmente la inanición de la población civil como método de hacer la guerra, privándola de los objetos indispensables para su supervivencia, incluido el hecho de obstaculizar intencionalmente los suministros de socorro de conformidad con los Convenios de Ginebra; xxvi) Reclutar o alistar a niños menores de 15 años en las fuerzas armadas nacionales o utilizarlos para participar activamente en las hostilidades; c) En caso de conflicto armado que no sea de índole internacional, las violaciones graves del artículo 3 común a los cuatro Convenios de Ginebra de 12 de agosto de 1949, a saber, cualquiera de los siguientes actos cometidos contra personas que no participen directamente en las hostilidades, incluidos los miembros de las fuerzas armadas que hayan depuesto las armas y los que hayan quedado fuera de combate por enfermedad, lesiones, detención o por cualquier otra causa: i) Actos de violencia contra la vida y la persona, en particular el homicidio en todas sus formas, las mutilaciones, los tratos crueles y la tortura; ii) Los ultrajes contra la dignidad personal, en particular los tratos humillantes y degradantes; iii) La toma de rehenes; iv) Las condenas dictadas y las ejecuciones efectuadas sin sentencia previa pronunciada por un tribunal constituido regularmente y que haya ofrecido todas las garantías judiciales generalmente reconocidas como indispensables. d) El párrafo 2 c) del presente artículo se aplica a los conflictos armados que no son de índole internacional, y por lo tanto no se aplica a situaciones de disturbios o tensiones internos, tales como motines, actos aislados y esporádicos de violencia u otros actos de carácter similar. e) Otras violaciones graves de las leyes y los usos aplicables en los conflictos armados que no sean de índole internacional, dentro del marco establecido de derecho internacional, a saber, cualquiera de los actos siguientes: i) Dirigir intencionalmente ataques contra la población civil como tal o contra civiles que no participen directamente en las hostilidades; ii) Dirigir intencionalmente ataques contra edificios, material, unidades y vehículos sanitarios y contra el personal habilitado para utilizar los emblemas distintivos de los Convenios de Ginebra de conformidad con el derecho internacional; iii) Dirigir intencionalmente ataques contra personal, instalaciones, material, unidades o vehículos participantes en una misión de mantenimiento de la paz o de asistencia humanitaria de conformidad con la Carta de las Naciones Unidas, siempre que tengan derecho a la protección otorgada a civiles u objetos civiles con arreglo al derecho de los conflictos armados; iv) Dirigir intencionalmente ataques contra edificios dedicados al culto religioso, la educación, las artes, las ciencias o la beneficencia, los monumentos, los hospitales y otros lugares en que se agrupa a enfermos y heridos, a condición de que no sean objetivos militares; v) Saquear una ciudad o plaza, incluso cuando es tomada por asalto; vi) Cometer actos de violación, esclavitud sexual, prostitución forzada, embarazo forzado, definido en el apartado f) del párrafo 2 del artículo 7, esterilización forzada o cualquier otra forma de violencia sexual que constituya también una violación grave del artículo 3 común a los cuatro Convenios de Ginebra; vii) Reclutar o alistar niños menores de 15 años en las fuerzas armadas o utilizarlos para participar activamente en hostilidades; viii) Ordenar el desplazamiento de la población civil por razones relacionadas con el conflicto, a menos que así lo exija la seguridad de los civiles de que se trate o por razones militares imperativas; ix) Matar o herir a traición a un combatiente enemigo; x) Declarar que no se dará cuartel; xi) Someter a las personas que estén en poder de otra parte en el conflicto a mutilaciones físicas o a experimentos médicos o científicos de cualquier tipo que no estén justificados en razón del tratamiento médico, dental u hospitalario de la persona de que se trate ni se lleven a cabo en su interés, y que provoquen la muerte o pongan gravemente en peligro su salud; xii) Destruir o confiscar bienes del enemigo, a menos que las necesidades de la guerra lo hagan imperativo; f) El párrafo 2 e) del presente artículo se aplica a los conflictos armados que no son de índole internacional, y, por consiguiente, no se aplica a situaciones de disturbios y tensiones internas, como motines, actos aislados y esporádicos de violencia u otros actos de carácter similar. Se aplica a los conflictos armados que tienen lugar en el territorio de un Estado cuando existe un conflicto armado prolongado entre las autoridades gubernamentales y grupos armados organizados o entre tales grupos. 3. Nada de lo dispuesto en los párrafos 2 c) y d) afectará a la responsabilidad que incumbe a todo gobierno de mantener y restablecer el orden público en el Estado y de defender la unidad e integridad territorial del Estado por cualquier medio legítimo”.
Bueno, después de leer este extenso compendio de descripciones punitivas hecho en el tratado queda uno sin palabras porque en muchas de esas líneas nos ha parecido estar contemplando un video muy impresionante de la realidad nacional, sobre todo en lo que respecta a los crímenes de Lesa Humanidad y de guerra. Aunque leer todos estos largos postulados normativos sea tedioso para alguien sin formación jurídica, he decidido transcribirlos ya que su clara conexión con la realidad nacional es contundente. En efecto, no hemos olvidado aun, ni vamos a hacerlo en el futuro, hechos aberrantes mostrados por las agencias noticiosas como el confinamiento de compatriotas hecho por las FARC en condiciones de indescriptible degradación en cárceles de alambre púa, con niveles de hacinamiento que no se ven ni en las perreras de ningún lugar del mundo, sin las más mínimas condiciones de salubridad y con el más profundo irrespeto por la condición humana. No hemos olvidado, ni lo haremos en el futuro, las imágenes de programas televisivos mostrando a niños colombianos obligados a enlistarse en las filas de los grupos subversivos bajo amenazas de muerte para enviarlos al frente de batalla como carne de cañón, mientras los hijos de los miembros del secretariado estudian lujosamente en las mejores universidades del mundo. Nunca olvidaremos las secuencias mediáticas sobre ataques despiadados a poblados enteros, a edificios destinados al culto religioso, hospitales, muchas veces con el uso de cilindros de gas llenos de metralla y otras armas prohibidas por el derecho internacional humanitario.
El balón durante estos meses venideros estará sin duda, la mayor parte del tiempo, en el campo de los grupos al margen de la ley. Ellos deben entender que el universo cambió diametralmente a raíz de todos los sucesos del 11 de septiembre de 2001, pero sobre todo a partir de la aprobación del Estatuto de Roma, pues si bien es cierto que este hecho no les obliga a negociar inmediatamente la paz con el estado colombiano, sí les debe persuadir a abolir todas aquellas conductas delictivas descritas en el Tratado como genocidio, crímenes de lesa humanidad y crímenes de guerra, so pena de condenarse a sí mismos a ser perseguidos eternamente no ya por Colombia sino por toda la Comunidad Internacional.