Me asombra leer las cifras del delirante gasto armamentista del deschavetado presidente de Venezuela. Cinco mil millones de dólares que representan mal contados unos diez billones de pesos es lo que Chávez le comprará sólo a Rusia en los próximos meses bajo la excusa de prevenir y/o responder dignamente a la “fija” agresión imperialista de Estados Unidos comandada desde las bases militares recientemente instaladas en Colombia.
Entre 2005 y 2007 Chávez ya había comprado casi cinco mil millones de dólares más en equipo militar y es por eso que aun analistas y dirigentes destacados venezolanos no pueden descubrir de dónde saldrá el dinero para pagar esta nueva factura, llegando a considerar que no se trata sino de una nueva payasada de Chávez para recuperar liderazgo en la región.
Fusiles de asalto AK-47, cohetes anticarro, sistemas de defensa aérea, fusiles Kalashnikov AK-103, cazas polivalentes Su-30MK2, helicópteros Mi-17B-5, Mi-28N, Mi-35M y Mi-26T, una flota del modelo más avanzado de cazas MIG-29, submarinos diésel Varshavianka, tanques T-72, blindados BMP-3, aviones patrulla Il-114, lanzaderas de misiles de bocas múltiples Smerch y sistemas de defensa aérea S-300PMU-2 Favorit, Antey-2500 y Tor-M2E, lanchas patrulla Mirazh, lanchas de desembarco Murena-E y sistemas móviles de artillería costera capaces de abatir buques hasta a 130 kilómetros de distancia, entre otros equipos militares hacen parte de esos exuberantes pedidos armamentistas de Venezuela a Rusia.
Estados Unidos se muestra preocupado por estas noticias ya que parte de las armas podrían ir a parar a manos de las Farc y anuncia que “no permitirá ninguna agresión militar en los países de la zona”, mientras Putín entra a Venezuela como Pedro por su casa y Chávez acrecienta una tórrida relación con Irán, país este último que ha desarrollado una agresiva campaña de acercamiento a América Latina en donde ha abierto en los últimos años sendas embajadas.
Pero todo lo anterior no hubiera causado tanto revuelo si no se hubiera anunciado por el mismo Chávez que lo que está pensando va mucho más allá de los deseos de un dictadorzuelo drogado con un montón de petrodólares. ¡Chávez quiere poner en la zona una planta nuclear! Claro, el ha dicho que esa energía nuclear que se produciría en ella tiene ¡sólo propósitos pacíficos y productivos! ¡Qué tal! ¡Imagínense a Chávez de dueño de una planta nuclear en Suramérica! ¡Tendríamos que desocuparle la región o hacernos a un carnet que nos acredite como miembros de su Movimiento Bolivariano o, en el peor de los casos, como simpatizantes de las Farc! ¡No faltaba más! ¡Tremendo futuro cercano nos espera¡ Pero las preguntas son: ¿Qué haremos? ¿Qué hará Estados Unidos realmente? ¿Qué dirá Unasur al respecto, después de tanto bochinche que se hizo con las bases Norteamericanas en nuestro país? ¿Qué pensarán de todo esto la OE, la Unión Europea y hasta la misma ONU?
Por último, estoy ansioso por conocer la posición de cada uno de los candidatos a la Presidencia de Colombia frente a esta ya desbordada situación.
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